viernes, 14 de agosto de 2009

El socialismo de nuestro siglo en debate

Por Luis Gárate
12-08-09

El Socialismo del siglo XXI es una propuesta que ha generado gran debate en las filas de izquierda latinoamericana y mundial. Algunos se han lanzado a descalificarlo, otros más bien plantean que está en construcción. Se trata, sin duda, de un tema de plena actualidad, pues es la marca que llevan los principales procesos políticos y sociales que se están dando en la región y nos llevan a discutir las perspectivas de la izquierda y el proyecto socialista.

Socialismo del siglo XXI o socialismo a secas
Entonces, qué elementos hacen de la propuesta del Socialismo del siglo XXI diferente de lo que podríamos llamar a secas socialismo, o de las experiencias socialistas que surgieron inspiradas por el marxismo y tras la Revolución Rusa, en Europa del este, China, sudeste asiático, y los casos latinoamericanos como Cuba, Nicaragua y Chile.

Los autores que han planteado esta propuesta, en especial el sociólogo Heinz Dieterich y los dirigentes de la Revolución Bolivariana de Venezuela encabezados por Hugo Chávez, hablan especialmente de una ruptura con el socialismo realmente existente que colapsó en la Unión Soviética. Ruptura, dicen, centralmente con el estilo “burocrático y autoritario” de la experiencia soviética, y con la manera de entender la planificación económica y la propiedad publica o socializada de los medios de producción.

Incorporan, además, elementos de otras corrientes del pensamiento, como el cristianismo progresista y el ecologismo. Se trata de un intento claro de actualizar un proyecto societal y civilizatorio del socialismo frente a las expresiones del capitalismo globalizado de nuestra época.

La propuesta, además, incorpora ideas sobre como reorganizar la economía incorporando en la planificación elementos de la tecnología informática, que, según sostienen autores como Dieterich, permitirían una planificación adaptada a la velocidad actual de los intercambios comerciales, los efectos de la revolución de las comunicaciones y la globalización.

Algunos, desde posiciones marxistas más ortodoxas, encuentran en estas propuestas claras desviaciones reformistas o socialdemócratas. Señalan que hay demasiado eclecticismo, que no hay ninguna novedad teórica, sino más bien la incorporación de algunos elementos conceptuales del capitalismo.

Procesos en curso
Lo cierto es que bajo la aún no terminada teorización sobre el llamado Socialismo del Siglo XXI se encuentran enmarcados los procesos que nos permiten hablar de la conformación de un bloque de nuevas izquierdas en América Latina.

Los principales rasgos de estos procesos, empezando por el venezolano y pasando por el boliviano y el ecuatoriano, es que se encuentran en un debate sobre la celeridad que deben adquirir los cambios hacia una sociedad más democrática y con equidad. Los principales impulsores de los procesos son los líderes carismáticos, y las estructuras políticas el cambio son aún frágiles (PSU venezolano, Alianza País de Ecuador y el MAS en Bolivia)

En estos procesos una herramienta principal ha sido la convocatoria de una asamblea constituyente para diseñar nuevas constituciones, que permiten incorporar a los sectores excluidos a la participación política. Asimismo disponen un rol más activo del estado en la economía.

Cabe destacar que en estos procesos se han generado una serie de mecanismos de participación, a través de las consultas ciudadanas y revocatorias de autoridades, consejos ciudadanos a nivel municipal, movilización de los sectores sociales para fortalecer la educación en todos los niveles. Asimismo se ha dado prioridad la expansión y la mejora de los servicios de salud y subsidios alimentarios.

Asimismo los nuevos gobiernos socialistas han iniciado procesos de nacionalización de algunos medios de producción y de recursos estratégicos, como el petróleo, el gas, las telecomunicaciones, yacimientos mineros, puertos, entre otros. Recientemente el gobierno venezolano empezó a nacionalizar empresas vinculadas a la comercialización del arroz y el café, frente a intentos de acaparamiento de productos, una forma conocida de sabotaje de la economía por parte de las burguesías.

Sin embargo cabe señalar que en el caso de la economía venezolana aún hay una fuerte dependencia de la renta petrolera, el control de cambio está tratando de evitar la fuga de capitales mientras la inflación alcanza índices de más de19 %. Así como en los otros procesos, ha aumentado el papel el estado en la regulación de la economía, las finanzas y se están promoviendo nuevos espacios de integración regional como el ALBA, a través de mecanismos de petróleo subsidiado, crédito para proyectos de desarrollo social, empresas interestatales, entre otros.

En es escenario, en el marco del Socialismo del siglo XXI, los gobiernos progresistas no se plantean la nacionalización de todos los medios de producción, sino de promover diferentes formas de propiedad, en las que también existan la privada junto a la pública, la cooperativa y la comunal.

En lo político se plantea la democracia participativa, pero no el control del aparato estatal por un partido único. Se plantea la consulta permanente del pueblo para determinar los avances del proceso.

Experiencias comunistas

Alrededor del mundo existen algunas experiencias conducidas por partidos comunistas, como son el caso de China, Cuba, Vietnam, Laos, Corea del norte y Cuba. En otros hay partidos comunistas que presiden pequeños estados o tienen un rol importante en regiones o estados, como en Moldavia, Chipre y Rusia.

En el caso de China, en los últimas dos décadas se han implementado reformas que han significado la apertura a las inversiones extranjeras y una creciente privatización del mercado. El estado controla aún los recursos estratégicos, promueve fuertes políticas sociales y hay una férrea centralización del poder político. Similar caso es el vietnamita. Cuba ha tenido reformas moderadas, pero parece ir hacia una mayor apertura.

En otros casos los comunistas promueven reformas democratizadoras, pero no pueden avanzar más en un contexto adverso. En todo caso no asistimos a una radicalización en los casos comunistas, sino más bien a una mayor apertura, retroceso del control estatal de los medios de producción y de algunos ámbitos como el comercio y los servicios.

Perspectivas
Cabe preguntarnos si para asegurar la profundización de los procesos latinoamericanos se hará necesario un mayor control del aparato estatal. ¿El construir formas de poder popular, de mayor presencia de los trabajadores, implica necesariamente la centralización de los poderes estatales?

Es en este contexto que se pone en debate la viabilidad de la democracia representativa, mientras en una experiencia como la venezolana crecen las atribuciones del poder ejecutivo, y se tensa la relación con las fuerzas opositoras en el parlamento, los medios de comunicación y en otros espacios sociales.

La relación con el capital nacional es un tema importante. Los procesos latinoamericanos promueven en esta etapa claramente el fortalecimiento de sus relaciones con sectores del empresariado nacional frente a las amenazas del libre comercio con Estados Unidos y al avasallamiento de los intereses transnacionales. Nos preguntamos si esta relación podría caer en los errores de las estrategias desarrollistas de los 60 y la industrialización por sustitución de importaciones.

Aún no es posible hacer juicios certeros sobre estos procesos. Sin embargo es útil reflexionar y discutir el tema pues en nuestro caso, con la táctica del Nuevo Curso pensada como fase, se plantea las tareas democráticas que buscan la unidad con amplias fuerzas sociales y políticas para iniciar los cambios en nuestro país. Sin duda que para el proyecto socialista peruano es necesario estudiar las experiencias latinoamericanas y mundiales, y sacar varias lecciones. Requerimos precisar y evaluar nuestras propuestas de rediseño estatal, para afrontar el reto de atender las necesidades sociales con eficiencia, combatiendo realmente los obstáculos burocráticos y de las redes de corrupción existentes, y así convertirnos en una alternativa para la transformación histórica de nuestra patria.

viernes, 7 de agosto de 2009

El núcleo de la corrupción


Gobierno lanza estrategia clientelista y prepara campaña electoral
Por Luis Gárate
06-08-09

El gobierno encendió con fuerza los motores de la carrera electoral. Tras los anuncios presidenciales de la “descentralización popular” y de relanzar los Núcleos Ejecutores, nos queda clara la estrategia aprista para el período.

Habíamos dicho que el mensaje presidencial sería- como el programa sabatino- un Show de los sueños. Supimos que el presidente no asistió al citado programa televisivo, pero su mensaje si fue optimista en demasía, confrontacional, poco consistente y delineó las estrategias que revelan que, ante la crisis económica y la falta de reformas del Estado a favor de las mayorías, no hay mejor cosa que el gasto clientelista, que de paso favorezca a los militantes sin empleo.

No han faltado los cuestionamientos a la famosa descentralización popular y el relanzamiento de los Núcleos Ejecutores que se hará a través del Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social- FONCODES, encabezado por el cuestionado operador mantillista Carlos Arana.

El gobierno acaba de aprobar la estructura de los núcleos, que podrán ser conformados hasta por 100 personas. Están en especial dirigidos a las comunidades nativas, campesinas y jóvenes entre los 18 y 29 años para la implementación de obras que alcancen los 355 mil soles.

Sabemos también que en Lima los operadores del aprismo, en especial sus comités distritales a través de las gobernaciones y de sus organismos de fachada como el CONAPUP, siguen reuniendo a los dirigentes barriales con las autoridades ministeriales y locales, para prometerles el oro y el moro: que les resolverán todos sus problemas pasando por la titulación, construcción de muros de contención, locales comunales, obras viales, áreas verdes, agua y desagüe, etc.

-Si ustedes nos apoyan, nosotros los ayudaremos- no dudan en decirles las autoridades apristas a los miles de dirigentes populares que asisten a sus convocatorias, en busca de solucionar sus problemas más esenciales.

¿Cuál es la respuesta de la izquierda y el progresismo? No se trata de oponerse a las obras que puedan mejorar en algo las condiciones de vida de los más necesitados Sin embargo, es indispensable denunciar la estrategia manipuladora del gobierno, y responder con contundentes propuestas alternativas.

El Partido Aprista sabe bien donde atacar. Está buscando neutralizar desde la base cualquier atisbo de articulación social que pueda cuestionar la incompetencia de su gestión y las políticas económicas y sociales que generan cada vez más desigualdad.

Así el aprismo está haciendo uso de todo su aparato y redes partidarias para enfrentarse a las organizaciones representativas de los indígenas, los campesinos, y aprovecharse de la fragilidad y el pragmatismo existente entre la juventud y las dirigencias populares de las principales ciudades como Lima metropolitana.

Como hemos señalado antes, es momento que promovamos de manera unitaria la confluencia de las militancias izquierdistas y todos los activistas dispersos para articular una plataforma programática y desplegar las campañas movilizadoras en torno a los temas más acuciantes sobre la gestión de la ciudad, como la seguridad ciudadana, el consumo de drogas y alcohol, la contaminación, la participación y vigilancia ciudadana, el empleo juvenil, programas de vivienda popular, entre otros. En especial debemos pensar en Lima, que es el principal bastión electoral por disputarle a la derecha y al aprismo.

El show de los sueños del aprismo


Un mensaje presidencial que no traerá novedades
Por Luis Gárate
23-07-09

Rumbo al mensaje de la nación de Alan García por el 188 aniversario de la independencia peruana, no nos sorprende que los medios de comunicación anuncien que previamente García se presentará en el popular programa televisivo de los sábados El Show de los sueños.

Efectivamente hay una estrecha relación entre la visión del país que tiene García y la naturaleza del programa televisivo musical que dirige Gisela Valcárcel. Estamos seguros que como gran parte de la orientación de este gobierno y sus cortinas de humo, el mensaje presidencial será otro “show de los sueños.”

Ante este escenario, es importante que recordemos cuales son las problemas reales el país ante los cuales nos corresponde evaluar su magnitud, elaborar las propuestas y adoptar las acciones para desarrollar campañas que nos permitan demostrar la justeza del proyecto alternativo al entreguismo actual.

Por un lado Alan García y su cogobierno con las clases dominantes nos quieren hacer creer que el Perú es la vanguardia del éxito en la región, que a pesar de la crisis capitalista mundial seremos un ejemplo de una suerte de contraofensiva neoliberal.

Sin embargo, a pesar de las rimbombantes cifras, las amañadas estadísticas del INEI y la millonaria publicidad estatal, tenemos en escenario nacional marcado por conflictos sociales, la mayoría de los cuales están latentes y se distribuyen especialmente en las zonas andinas y amazónicas y, según la Defensoría del pueblo, están relacionados a las industrias extractivas de minerales e hidrocarburos. Esta situación pone en relieve la importancia de una política efectiva de protección del medio ambiente, que ahora insuficiente, y al necesario diálogo con los actores afectados: comunidades campesinas y nativas.

La distribución energética y los contratos del gas de Camisea. En las últimas semanas se ha demostrado que peligra el abastecimiento de gas para el consumo nacional, ante el intento de las empresas como Pluspetrol que según los contratos exportarían parte del gas de Camisea a México. La promesa neoliberal del cambio de matriz energética quedaría así incumplida.

El plan anticrisis. Las alianzas público privadas han sido un pretexto más para beneficiar a ciertos sectores empresariales, pero no han sido en beneficio de los salarios de los trabajadores y de recuperar el mercado interno. Los programas sociales siguen siendo un soporte del esquema de desigualdad neoliberal, es decir, están focalizados a la asistencia de los sectores de pobreza extrema pero no están articulados a los grandes reformas que necesita el Estado para promover el desarrollo, como son la educación, la salud, la tecnificación del agro y el desarrollo de capacidades productivas.

Descentralización y Participación Ciudadana. Falta avanzar en la conformación de las macroregiones, para hacer efectiva las transferencias de recursos competencias y de mayor poder de decisión. Asimismo hay peligrosas muestras de retrocesos de los procesos de participación ciudadana y de falta de respeto al presupuesto participativo empezando por Lima, y también en provincias.

El crecimiento urbano y la expansión del sector construcción. Es evidente que hay una expansión del sector vivienda y los centros comerciales, pero se hace en beneficio del empresariado, y faltan políticas sistemáticas de acceso al suelo y programas de vivienda para lo sectores más pobres.

Lucha contra la corrupción y la impunidad. Cada vez se hace más evidente la injerencia del ejecutivo en instancias del Poder Judicial, que sigue operando de acuerdo a presiones políticas y corruptelas. El caso de la mano blanda con Alberto Quimper y Rómulo León, son la cereza del pastel.

Política exterior. Mientras en América Latina se consolidan los procesos progresistas de cambio expresados en los avances de los países del ALBA, el Perú junto a Colombia afianzan su política entreguista a los Estados Unidos, buscando generar junto a la derecha regional una mayor polarización, mientras a nivel interno aumentan la persecución a la izquierda y el pueblo organizado. Eso se aprecia en como el Perú ha asumido un tímido rechazo al golpe de estado reaccionario en Honduras, mientras aumenta el macartismo interno.

Una agenda para la izquierda. Ante esta situación, con el gabinete Velásquez Quesquén en la confrontación y un mensaje presidencial que sabemos será otro saludo a la bandera, es imperativo que la izquierda y los sectores nacionalistas y progresistas levantemos nuestras propuestas. Un Proyecto Nacional y de plataforma programática para enfrentar la crisis capitalista mundial y la crisis estructural del Estado Peruano. Podemos empezar por el lanzamiento de campañas sobre algunos de los temas planteados, promoviendo siempre la unidad desde las organizaciones populares y de base con un proyecto y rumbo claros, de alternativa de gobierno y de poder.