Un mensaje presidencial que no traerá novedades
Por Luis Gárate
23-07-09
Rumbo al mensaje de la nación de Alan García por el 188 aniversario de la independencia peruana, no nos sorprende que los medios de comunicación anuncien que previamente García se presentará en el popular programa televisivo de los sábados El Show de los sueños.
Efectivamente hay una estrecha relación entre la visión del país que tiene García y la naturaleza del programa televisivo musical que dirige Gisela Valcárcel. Estamos seguros que como gran parte de la orientación de este gobierno y sus cortinas de humo, el mensaje presidencial será otro “show de los sueños.”
Ante este escenario, es importante que recordemos cuales son las problemas reales el país ante los cuales nos corresponde evaluar su magnitud, elaborar las propuestas y adoptar las acciones para desarrollar campañas que nos permitan demostrar la justeza del proyecto alternativo al entreguismo actual.
Por un lado Alan García y su cogobierno con las clases dominantes nos quieren hacer creer que el Perú es la vanguardia del éxito en la región, que a pesar de la crisis capitalista mundial seremos un ejemplo de una suerte de contraofensiva neoliberal.
Sin embargo, a pesar de las rimbombantes cifras, las amañadas estadísticas del INEI y la millonaria publicidad estatal, tenemos en escenario nacional marcado por conflictos sociales, la mayoría de los cuales están latentes y se distribuyen especialmente en las zonas andinas y amazónicas y, según la Defensoría del pueblo, están relacionados a las industrias extractivas de minerales e hidrocarburos. Esta situación pone en relieve la importancia de una política efectiva de protección del medio ambiente, que ahora insuficiente, y al necesario diálogo con los actores afectados: comunidades campesinas y nativas.
La distribución energética y los contratos del gas de Camisea. En las últimas semanas se ha demostrado que peligra el abastecimiento de gas para el consumo nacional, ante el intento de las empresas como Pluspetrol que según los contratos exportarían parte del gas de Camisea a México. La promesa neoliberal del cambio de matriz energética quedaría así incumplida.
El plan anticrisis. Las alianzas público privadas han sido un pretexto más para beneficiar a ciertos sectores empresariales, pero no han sido en beneficio de los salarios de los trabajadores y de recuperar el mercado interno. Los programas sociales siguen siendo un soporte del esquema de desigualdad neoliberal, es decir, están focalizados a la asistencia de los sectores de pobreza extrema pero no están articulados a los grandes reformas que necesita el Estado para promover el desarrollo, como son la educación, la salud, la tecnificación del agro y el desarrollo de capacidades productivas.
Descentralización y Participación Ciudadana. Falta avanzar en la conformación de las macroregiones, para hacer efectiva las transferencias de recursos competencias y de mayor poder de decisión. Asimismo hay peligrosas muestras de retrocesos de los procesos de participación ciudadana y de falta de respeto al presupuesto participativo empezando por Lima, y también en provincias.
El crecimiento urbano y la expansión del sector construcción. Es evidente que hay una expansión del sector vivienda y los centros comerciales, pero se hace en beneficio del empresariado, y faltan políticas sistemáticas de acceso al suelo y programas de vivienda para lo sectores más pobres.
Lucha contra la corrupción y la impunidad. Cada vez se hace más evidente la injerencia del ejecutivo en instancias del Poder Judicial, que sigue operando de acuerdo a presiones políticas y corruptelas. El caso de la mano blanda con Alberto Quimper y Rómulo León, son la cereza del pastel.
Política exterior. Mientras en América Latina se consolidan los procesos progresistas de cambio expresados en los avances de los países del ALBA, el Perú junto a Colombia afianzan su política entreguista a los Estados Unidos, buscando generar junto a la derecha regional una mayor polarización, mientras a nivel interno aumentan la persecución a la izquierda y el pueblo organizado. Eso se aprecia en como el Perú ha asumido un tímido rechazo al golpe de estado reaccionario en Honduras, mientras aumenta el macartismo interno.
Una agenda para la izquierda. Ante esta situación, con el gabinete Velásquez Quesquén en la confrontación y un mensaje presidencial que sabemos será otro saludo a la bandera, es imperativo que la izquierda y los sectores nacionalistas y progresistas levantemos nuestras propuestas. Un Proyecto Nacional y de plataforma programática para enfrentar la crisis capitalista mundial y la crisis estructural del Estado Peruano. Podemos empezar por el lanzamiento de campañas sobre algunos de los temas planteados, promoviendo siempre la unidad desde las organizaciones populares y de base con un proyecto y rumbo claros, de alternativa de gobierno y de poder.
Por Luis Gárate
23-07-09
Rumbo al mensaje de la nación de Alan García por el 188 aniversario de la independencia peruana, no nos sorprende que los medios de comunicación anuncien que previamente García se presentará en el popular programa televisivo de los sábados El Show de los sueños.
Efectivamente hay una estrecha relación entre la visión del país que tiene García y la naturaleza del programa televisivo musical que dirige Gisela Valcárcel. Estamos seguros que como gran parte de la orientación de este gobierno y sus cortinas de humo, el mensaje presidencial será otro “show de los sueños.”
Ante este escenario, es importante que recordemos cuales son las problemas reales el país ante los cuales nos corresponde evaluar su magnitud, elaborar las propuestas y adoptar las acciones para desarrollar campañas que nos permitan demostrar la justeza del proyecto alternativo al entreguismo actual.
Por un lado Alan García y su cogobierno con las clases dominantes nos quieren hacer creer que el Perú es la vanguardia del éxito en la región, que a pesar de la crisis capitalista mundial seremos un ejemplo de una suerte de contraofensiva neoliberal.
Sin embargo, a pesar de las rimbombantes cifras, las amañadas estadísticas del INEI y la millonaria publicidad estatal, tenemos en escenario nacional marcado por conflictos sociales, la mayoría de los cuales están latentes y se distribuyen especialmente en las zonas andinas y amazónicas y, según la Defensoría del pueblo, están relacionados a las industrias extractivas de minerales e hidrocarburos. Esta situación pone en relieve la importancia de una política efectiva de protección del medio ambiente, que ahora insuficiente, y al necesario diálogo con los actores afectados: comunidades campesinas y nativas.
La distribución energética y los contratos del gas de Camisea. En las últimas semanas se ha demostrado que peligra el abastecimiento de gas para el consumo nacional, ante el intento de las empresas como Pluspetrol que según los contratos exportarían parte del gas de Camisea a México. La promesa neoliberal del cambio de matriz energética quedaría así incumplida.
El plan anticrisis. Las alianzas público privadas han sido un pretexto más para beneficiar a ciertos sectores empresariales, pero no han sido en beneficio de los salarios de los trabajadores y de recuperar el mercado interno. Los programas sociales siguen siendo un soporte del esquema de desigualdad neoliberal, es decir, están focalizados a la asistencia de los sectores de pobreza extrema pero no están articulados a los grandes reformas que necesita el Estado para promover el desarrollo, como son la educación, la salud, la tecnificación del agro y el desarrollo de capacidades productivas.
Descentralización y Participación Ciudadana. Falta avanzar en la conformación de las macroregiones, para hacer efectiva las transferencias de recursos competencias y de mayor poder de decisión. Asimismo hay peligrosas muestras de retrocesos de los procesos de participación ciudadana y de falta de respeto al presupuesto participativo empezando por Lima, y también en provincias.
El crecimiento urbano y la expansión del sector construcción. Es evidente que hay una expansión del sector vivienda y los centros comerciales, pero se hace en beneficio del empresariado, y faltan políticas sistemáticas de acceso al suelo y programas de vivienda para lo sectores más pobres.
Lucha contra la corrupción y la impunidad. Cada vez se hace más evidente la injerencia del ejecutivo en instancias del Poder Judicial, que sigue operando de acuerdo a presiones políticas y corruptelas. El caso de la mano blanda con Alberto Quimper y Rómulo León, son la cereza del pastel.
Política exterior. Mientras en América Latina se consolidan los procesos progresistas de cambio expresados en los avances de los países del ALBA, el Perú junto a Colombia afianzan su política entreguista a los Estados Unidos, buscando generar junto a la derecha regional una mayor polarización, mientras a nivel interno aumentan la persecución a la izquierda y el pueblo organizado. Eso se aprecia en como el Perú ha asumido un tímido rechazo al golpe de estado reaccionario en Honduras, mientras aumenta el macartismo interno.
Una agenda para la izquierda. Ante esta situación, con el gabinete Velásquez Quesquén en la confrontación y un mensaje presidencial que sabemos será otro saludo a la bandera, es imperativo que la izquierda y los sectores nacionalistas y progresistas levantemos nuestras propuestas. Un Proyecto Nacional y de plataforma programática para enfrentar la crisis capitalista mundial y la crisis estructural del Estado Peruano. Podemos empezar por el lanzamiento de campañas sobre algunos de los temas planteados, promoviendo siempre la unidad desde las organizaciones populares y de base con un proyecto y rumbo claros, de alternativa de gobierno y de poder.
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