lunes, 6 de octubre de 2008

Continuando una tradición, Renovando una causa


En los 80 años del Partido Comunista del Perú

Por Luis Gárate*


Ochenta años de lucha no pasan en vano. Escribimos estas líneas para homenajear y reflexionar junto a un colectivo humano que sigue bregando por los ideales que han movido a millones de mujeres y hombres del mundo en la causa de alcanzar un orden superior al capitalismo.

El 7 de octubre se cumplen 80 años de fundación del Partido de los comunistas peruanos y asimismo no faltan quienes todos los años ponen en duda la naturaleza de los orígenes del partido. Sin duda existen diversos elementos de juicio que nos indican la originalidad de la obra de Mariátegui, pero asimismo el programa del partido al que el Amauta denominó en un primer momento socialista fue claro: un partido revolucionario y de clase, es decir, de pleno contenido comunista.

En ese sentido el origen del partido es inequívoco en su línea marxista- leninista, es decir consecuente en plantearse frente a la derecha y a la línea socialdemócrata del Apra como un destacamento de la clase trabajadora, el campesinado y las organizaciones del pueblo para cambiar de raíz la sociedad peruana.

"…El Partido socialista del Perú es la vanguardia del proletariado, la fuerza política que asume la tarea de su orientación y dirección en la lucha por la realización de sus ideales de clase…" (Programa del Partido Socialista Peruano, 1928)


La vigencia del un proyecto

Por supuesto, no se trata solo de recordar viejos debates históricos y de satisfacernos por la subsistencia de nuestra estructura política, sino de reconocer las esencia misma de la vigencia de nuestro proyecto y romper con los elementos que nos impiden convertirnos en una alternativa viable de cambio.

Este aniversario nos debe servir para refirmarnos en la vigencia del socialismo, hoy más que nunca cunado el capitalismo en su cara financiera y más especulativa muestra la fragilidad de su voraz acumulación.
Asimismo nos debe lleva a una profunda reflexión, abierta y creativa, realmente dialéctica, de algunos elementos de fondo que podrían ser un lastre en nuestro accionar futuro. Los comunistas a nivel global, salvo las honrosas excepciones de los procesos conducidos por heroicos partidos como el chino, el vietnamita y el cubano, han sufrido y todavía no remontamos una profunda crisis de paradigma. Por más que intentemos romper con las experiencias pasadas, es inevitable que la caída del muro de Berlín, el colapso de la Unión Soviética y el bloque del Este han determinado como nuestra propuesta es percibida por la ciudadanía.

No se trata tampoco de sepultarlas, sino de recoger sus aciertos, resaltar sus victorias y también reconocer en toda su dimensión los elementos que impidieron su avance.

La crítica marxista al capitalismo es más vigente que nunca. La acumulación del capital tiende a la concentración y una mayor precarización del trabajo. Asimismo el capital cada vez más se transnacionaliza y alienta una revolución científico tecnológica que está conectando cada vez más al mundo través de la era digital y el Internet.

Sin embargo la forma de construir el socialismo está en cuestión. La centralización y la planificación económica son cuestionadas en los mismos procesos socialistas existentes (ej. el caso chino, venezolano). La expresión de la dictadura del proletariado, es decir la hegemonía de la clase trabajadora en el poder, derivó en dictaduras burocráticas de un partido que se pretendía el único y verdadero intérprete de la realidad. La naturaleza del nuevo estado y la relación con los grupos de poder, con la burguesía local y con el imperialismo son temas de plena actualidad en el escenario latinoamericano, por ejemplo.

De esta manera el plantearse el socialismo en el escenario de la globalización capitalista, implica afrontar también los retos de manera más creativa y global. Sin embargo eso no nos exenta de ser una alternativa de proyecto nacional viable frente a la derecha y el oportunismo criollo. Los comunistas deben ser en primer lugar buenos patriotas en la defensa de los intereses nacionales para ser también buenos internacionalistas.

Los comunistas en el Perú, como el mundo, enfrentamos mucho obstáculos que superar, y entre ellos destaca la permanente campaña de persecución y desprestigio que encabezan los medios de comunicación privados. Con el agravante, en el acaso peruano, que asocia a los comunistas a la experiencia terrorista de Sendero Luminoso.

Por ello el reto de la renovación y la recreación pasa por fortalecer los espacios en la lucha de masas, pero también insertase con fuerza en el combate mediático, generando nuevos liderazgos públicos, nuevas élites de cambio – en el sentido mariateguista del término- que puedan disputar el protagonismo a la derecha y los advenedizos en la política.

Queda claro que hoy más que nunca el socialismo no puede ser una experiencia solo nacional, y renovado se plantea como una alternativa integral frente al descalabro global. Sin embargo aún debe zanjar el enfoque de la nueva relación del estado con el mercado, la vía hacia la socialización de los medios de producción, la industrialización y las nuevas tecnologías frente el medio ambiente, la construcción del poder popular y la hegemonía proletaria en una nueva institucionalidad hacia una democracia real y una práctica ética y coherente. Eso son solo algunos aspectos que merecen una mayor reflexión y debate hacia el relanzamiento de la alternativa comunista.

*Periodista y militante de la Juventud Comunista del Perú- Patria Roja

LA IZQUIERDA FRENTE A LA SEGURIDAD CIUDADANA

Ante creciente ola del crimen organizado y violencia urbana

Por Luis Gárate*

Los últimos casos de asaltos y asesinatos por parte de bandas criminales organizadas en las calles de Lima, han puesto nuevamente en la palestra una las principales preocupaciones de la opinión pública peruana: la seguridad ciudadana.


Ante esta situación la respuesta del Estado a través de la Policía Nacional de escoltar con patrullas a ciudadanos que hagan retiros bancarios de montos fuertes es poco viable, según los especialistas más serios, quienes señalan el evidente déficit de efectivos para asumir semejante tarea.


Es que junto a la alza del costo de vida se añade un creciente clima de inseguridad en que la vive la ciudadanía, especialmente en la ciudad de Lima, ante el aumento de actos delictivos por parte de pandillas juveniles, delincuencia común y bandas organizada de secuestro y asalto a mano armada que están quitando la vida a miembros de modestas familias.


La medida propuesta no nos debe sorprender, pues el gobierno aprista se está focalizando en promover los grandes intereses empresariales mientras criminaliza y reprime la protesta social. Es decir, pone su enfoque policial en la represión de la protesta, más que en la protección de la ciudadanía que está siendo reemplazada de manera paliativa por los serenazgos municipales.


Pero regresando el tema de fondo, nos debe llamar la atención sobre las principales preocupaciones de las clases dominante, que como en este y en otros casos, no ponen en primer lugar la atención a los principales problemas de la población. El empresariado no parece tener como prioridad una reforma radical en los servicios esenciales como la educación pública, la salud o en sectores como el empleo digno.


Es pues la seguridad ciudadana un tema más, que evidencian la incapacidad del partido de gobierno -en especial de la gestión de Luis Alva Castro-, la administración pública y de los grupos de poder para resolver los temas que aquejan al país, y pone en la agenda el desafío de las fuerzas políticas de cambio que deben contar con la claridad programática y organizar la fuerza social para implementar la imperiosa reconstrucción institucional democrática que requiere el Perú.


El crecimiento de la actividad delincuencial crece a la par de un proceso general de desintegración social, en el que, por ejemplo, la familia entra en crisis frente a la precariedad laboral y la consiguiente ausencia de los padres, no se ataca la ineptitud y corrupción de la administración de justicia y en las fuerzas policiales, se mantiene la falta de oportunidades para los jóvenes, la crisis en la educación pública, entre otros.


Mientras asistimos a una creciente degradación de la actividad política y la debilidad de los sectores organizados de la sociedad, las fuerzas que luchan por el cambio desde la izquierda tienen el inmenso reto de plantear un revolución que siente las estructuras básicas de un nuevo orden, con un servicio público eficiente y políticas que ataquen con urgencia los sectores, como educación, salud y seguridad, que son precisamente los que generan mayores desigualdades entre los peruanos y no permiten la construcción de la ciudadanía.


Un enfoque comunista para la seguridad ciudadana, que busca darle protagonismo a los trabajadores y los sectores populares en el gobierno, debe ser integral y vincular la seguridad pública a la prevención atacando las razones mismas que cultivan el crimen y generando procesos de organización social en coordinación con la fuerza policial para un control más efectivo de la actividad criminal. Es indispensable que desde ahora y apoyándonos en el trabajo magisterial, busquemos orientar a los sectores juveniles de los sectores más vulnerables en espacios de recreación y cultura que sean alternativos a las redes de pandillaje, barras bravas, comercialización de drogas y la delincuencia.


Este tema es parte de un nuevo diseño de Estado, que es el gran reto de los comunistas y la izquierda que aspiran a conducir la gran transformación que cada día se hace más necesaria en el país, y que debemos poner en la agenda de discusión programática rumbo a la Asamblea Nacional de los Pueblos.


*Periodista y militante de la Juventud Comunista del Perú- Patria Roja