Por Luis Gárate*
Los últimos casos de asaltos y asesinatos por parte de bandas criminales organizadas en las calles de Lima, han puesto nuevamente en la palestra una las principales preocupaciones de la opinión pública peruana: la seguridad ciudadana.
Ante esta situación la respuesta del Estado a través de la Policía Nacional de escoltar con patrullas a ciudadanos que hagan retiros bancarios de montos fuertes es poco viable, según los especialistas más serios, quienes señalan el evidente déficit de efectivos para asumir semejante tarea.
Es que junto a la alza del costo de vida se añade un creciente clima de inseguridad en que la vive la ciudadanía, especialmente en la ciudad de Lima, ante el aumento de actos delictivos por parte de pandillas juveniles, delincuencia común y bandas organizada de secuestro y asalto a mano armada que están quitando la vida a miembros de modestas familias.
La medida propuesta no nos debe sorprender, pues el gobierno aprista se está focalizando en promover los grandes intereses empresariales mientras criminaliza y reprime la protesta social. Es decir, pone su enfoque policial en la represión de la protesta, más que en la protección de la ciudadanía que está siendo reemplazada de manera paliativa por los serenazgos municipales.
Pero regresando el tema de fondo, nos debe llamar la atención sobre las principales preocupaciones de las clases dominante, que como en este y en otros casos, no ponen en primer lugar la atención a los principales problemas de la población. El empresariado no parece tener como prioridad una reforma radical en los servicios esenciales como la educación pública, la salud o en sectores como el empleo digno.
Es pues la seguridad ciudadana un tema más, que evidencian la incapacidad del partido de gobierno -en especial de la gestión de Luis Alva Castro-, la administración pública y de los grupos de poder para resolver los temas que aquejan al país, y pone en la agenda el desafío de las fuerzas políticas de cambio que deben contar con la claridad programática y organizar la fuerza social para implementar la imperiosa reconstrucción institucional democrática que requiere el Perú.
El crecimiento de la actividad delincuencial crece a la par de un proceso general de desintegración social, en el que, por ejemplo, la familia entra en crisis frente a la precariedad laboral y la consiguiente ausencia de los padres, no se ataca la ineptitud y corrupción de la administración de justicia y en las fuerzas policiales, se mantiene la falta de oportunidades para los jóvenes, la crisis en la educación pública, entre otros.
Mientras asistimos a una creciente degradación de la actividad política y la debilidad de los sectores organizados de la sociedad, las fuerzas que luchan por el cambio desde la izquierda tienen el inmenso reto de plantear un revolución que siente las estructuras básicas de un nuevo orden, con un servicio público eficiente y políticas que ataquen con urgencia los sectores, como educación, salud y seguridad, que son precisamente los que generan mayores desigualdades entre los peruanos y no permiten la construcción de la ciudadanía.
Un enfoque comunista para la seguridad ciudadana, que busca darle protagonismo a los trabajadores y los sectores populares en el gobierno, debe ser integral y vincular la seguridad pública a la prevención atacando las razones mismas que cultivan el crimen y generando procesos de organización social en coordinación con la fuerza policial para un control más efectivo de la actividad criminal. Es indispensable que desde ahora y apoyándonos en el trabajo magisterial, busquemos orientar a los sectores juveniles de los sectores más vulnerables en espacios de recreación y cultura que sean alternativos a las redes de pandillaje, barras bravas, comercialización de drogas y la delincuencia.
Este tema es parte de un nuevo diseño de Estado, que es el gran reto de los comunistas y la izquierda que aspiran a conducir la gran transformación que cada día se hace más necesaria en el país, y que debemos poner en la agenda de discusión programática rumbo a la Asamblea Nacional de los Pueblos.
*Periodista y militante de la Juventud Comunista del Perú- Patria Roja
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