Ante el reto de construir la alternativa socialista al capitalismo
Por Luis Gárate*
Entre las nociones básicas de la teoría marxista encontramos que el criterio de verdad y de validación de una propuesta política es la práctica, no solo en el marco de la lucha política y social más, sobre todo, en la experiencia de gobierno y administración del poder.
Por Luis Gárate*
Entre las nociones básicas de la teoría marxista encontramos que el criterio de verdad y de validación de una propuesta política es la práctica, no solo en el marco de la lucha política y social más, sobre todo, en la experiencia de gobierno y administración del poder.
En ese sentido la izquierda peruana acumuló una vasta experiencia desde gobiernos regionales y locales en los años 80, pero que se perdió en gran medida por la disolución del frente Izquierda Unida y gestiones que no llegaron a sentar las bases para un cambio radical.
Desde la victoria de Alfonso Barrantes para la alcaldía de Lima Metropolitana en los 80, se sucedieron importantes victorias izquierdistas en municipios de gran importancia como San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores, Comas, San Martín de Porras, Villa María del Triunfo, Villa el Salvador, Ate Vitarte, El Agustino, entre otros.
Ese triunfo fue el resultado de años de lucha y organización de los partidos de izquierda junto a los trabajadores y el pueblo organizado por conseguir un pedazo de suelo donde construir su vivienda, por servicios básicos y condiciones de vida digna.
De esa manera desde la Municipalidad de Lima, pasando por importantes gobiernos como el de Comas hasta llegar a poblaciones de provincias como Ayabaca en Piura o Ilo en Moquegua, la izquierda llevó la marca de la participación y organización popular para desarrollar las obras públicas, para la gestión del gasto y por el despliegue de programas sociales que atendiesen a los más necesitados.
Uno de los ámbitos donde más destacó la izquierda fue sin duda el la planificación urbana y el desarrollo de la ciudad, caracterizados por procesos de planificación participativa, de autoconstrucción de vivienda, de autogestión que se expresaron el amplio desarrollo de asentamientos humanos. Asimismo se implementaron programas asistenciales como el Vaso de Leche para atender a los niños de las familias más humildes y políticas de acceso a la cultura como los Populibros.
Sin embargo la izquierda no pudo romper con los marcos del sistema y en gran medida cayó en los vicios del poder que tanto se criticaban a la derecha y el aprismo: estilo caudillista, repartija de cargos, actos de corrupción que derivaron en deserciones e importantes representantes de la izquierda pasando a las filas de movimientos electorales coyunturales, incluyendo el fujimorismo.
Tras muchos años de dispersión y alejamiento de gestiones políticas, a fines de los 90 hasta la actualidad se han desarrollado experiencias como la del alcalde socialista Wilbert Rosas en el distrito de Limatambo y luego en la provincia de Anta en Cusco, que se basan en el presupuesto participativo y la gestión política transparente con el control comunal.
Militantes comunistas y del Movimiento Nueva Izquierda hoy conducen o participan de gestiones como el Gobierno Regional de Pasco y de algunos municipios distritales del interior del país. Es sin duda una oportunidad extraordinaria para desarrollar experiencias exitosas y mostrar lo que puede hacer una gestión popular como base del nuevo Estado por el que luchamos.
A mediados del 2008 se anunció que se reubicaría toda la ciudad de Cerro de Pasco con cerca de 65 mil habitantes a una nueva localidad debido a los elevados índices de contaminación ambiental existentes por la explotación minera.
Es una oportunidad para que desde el gobierno regional se elaboren iniciativas creativas y se impulse una ciudad modelo basada en la gestión democrática y participativa, con tecnologías sustentables como el saneamiento ecológico vinculadas a la producción, y se construyan viviendas con criterios solidarios, recogiendo experiencias como el cooperativismo de vivienda uruguayo de FUCVAM (Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua), sustentado en el principio de ayuda mutua, autogestión, propiedad colectiva y una visión integral de la vida en comunidad.
Se trata de ir construyendo alternativas de cambio radical desde todos los espacios de gobierno e ir sentando las bases de un nuevo poder y el socialismo, construyendo una forma de vida alternativa al capitalismo. De lo contrario la izquierda estará condenada, como en el pasado, a desarrollar experiencias movilizadoras pero que se pierden en el tiempo, y al final terminan reproduciendo las estructuras del sistema, pues favorecen a los intereses del mercado y destruyen el medio ambiente.
(09- 01- 09)
*Periodista y militante de la Juventud Comunista del Perú- Patria Roja
No hay comentarios:
Publicar un comentario