Por Luis Gárate
05-07-10
A pesar del intenso frío que se vive en la capital, cada día que nos acerca más al tres de octubre eleva la temperatura en el ambiente electoral y hace que se afiebren todo tipo de personajes de larga data o recién llegados a la política.
No solo se anima la campaña electoral a nivel regional y local, sino también la presidencial, que apunta al 2011. No faltan los personajes que desde alguna posición de poder cree que es presidenciable. Ahora esa fiebre le ha tocado a la neoliberal ministra de economía del Apra, la señora Mercedes Aráoz, y hasta al presidente del Poder Judicial, Javier Villa Stein, quien ha dicho que “a pedido de los universitarios del país” estaría pensando en la posibilidad de postular. Otros personajes, como el escritor Jaime Bayly no ha dudado en poner sus primeras pancartas y en lanzar el símbolo del cannabis como emblema de campaña.
En Lima, los ataques entre los “favoritos” Alex Kouri y Lourdes Flores no dejan de aumentar. Lo curioso es que estos dos candidatos representan matices de la derecha, y deben su origen a las filas del PPC. Por su parte el Apra ha lanzado al ruedo como candidato al sillón de Lima a Carlos Roca. Les siguen las candidaturas de Fernando Andrade por Somos Perú, por Restauración Nacional la del pastor Humberto Lay, Luis Iberico por Alianza para el Progreso y María de
Desde el lado progresista ya está en el ruedo la candidatura de Susana Villarán, que tuvo también sus tropiezos. La unidad de Fuerza Social, Movimiento Nueva Izquierda, Tierra y Libertad y Lima para todos ha prosperado a pocos días del cierre de la inscripción ante los registros electorales, y se ha sellado como una alianza política más que formal, pues los grupos de izquierda irán bajo las banderas de la recientemente inscrita Fuerza Social.
Hay que anotar que, a pesar de algunos esfuerzos desde las bases para lograr niveles de diálogo y entendimiento democráticos, al final han aparecido encabezando las listas algunos personajes de poco arraigo en la comunidad y que muestran cierta improvisación, que es una de las principales críticas que hacemos a los oportunismos de la derecha.
Esta campaña que, gracias a los medios está siendo monopolizada por 2 candidatos, debería servir para poner algunos puntos en el debate, como los enfoques de gestión de la ciudad, la distribución de poder de Lima metropolitana en relación a los distritos, los temas de transporte públicos y seguridad ciudadana, la eficacia de los programas sociales metropolitanos, entre otros.
Nos queda claro que la cercanía a los comicios afiebra a muchos personajes. Las elecciones son sin duda un momento clave del proceso democrático, pues deberían permitir (en teoría) poner en la palestra las propuestas programáticas y los perfiles más idóneos para gestionar los asuntos públicos.
En realidad lo que juegan son los atributos personales y la capacidad de realizar obras concretas, apoyadas, claro, en la capacidad de vincularse a los medios de comunicación masivos y de invertir en millonarias campañas publicitarias. En este escenario desde la izquierda no podemos apostar entonces a lanzarnos al ruedo como en una apuesta, a jugar en una cancha desigual, donde sabemos que pesa mucho la imagen construida a partir del dinero. Los resultados de las últimas campañas presidenciales y locales nos deberían obligar a hacer política ciudadana en serio, para ir construyendo liderazgos públicos y equipos profesionales con capacidad de propuesta y gestión.
En esta coyuntura, desde la candidatura unitaria de Susana Villarán en Lima, y las candidaturas populares en provincias, hay que enfilar claro con la propuesta programática alternativa para las gestiones, distinguiéndonos del monocolor de los enfoques neoliberales, buscando demostrar que es posible realizar obras importantes para la ciudad con transparencia y desarrollando una gestión democrática, que se asiente en la activa participación y fiscalización de los vecinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario