lunes, 29 de noviembre de 2010

Cambalache electoral


La derecha se desespera y la izquierda no se une

Por Luis Gárate

29-11-10


La cercanía de las elecciones generales del 2011 está produciendo todo tipo de acercamientos políticos. Es que con tal de llegar a la llamada casa de Pizarro, los variopintos personajes de la política peruana juegan todas sus cartas y tejen todo tipo de relaciones.


Nos llama mucho la atención la manera en que en este juego la derecha busca concentrar sus fuerzas, jugando a alternativas muy pegadas al libreto neoliberal. Por un lado la reciente candidatura armada por el PPC y por Alianza para el Progreso, Partido Humanista y Restauración Nacional. La encabeza Pedro Pablo Kuczynski, el ciudadano norteamericano-peruano que ha pasado por decenas de cargos en el Estado y se caracteriza por su defensa de intereses privados antes que los intereses públicos.


Los acompañantes de PPK son el PPC, el partido que se resistió a reconocer el triunfo de Susana en Lima y vinculado a Cataño; APP el partido del millonario Acuña, que maneja su organización al estilo de una empresa y parece consolidarse en la costa norte; el PH que solo parece existir alrededor de la figura de Yehude Simon y Restauración Nacional, que gira en torno al conservador pastor Humberto Lay.


Por su lado el Apra no se queda atrás en la radical lógica alanista del “perro del hortelano”. Con la reciente ratificación de la candidatura de Mechita Aráoz, ponen a la cabeza a una preclara exponente de la ortodoxia del libre mercado y los TLC. Peor aún, Jorge del Castillo sale orondo a decir que están conversando una alianza con Rafael Rey, el ex ministro de defensa y caballero ultraconservador del Opus, y con Siempre Unidos, el grupo liderado por el fujimorista alcalde de los Olivos, Felipe Castillo, y que está acumulando fuerzas en los distritos de Lima norte. Ni el histórico Armando Villanueva, que se sigue llamando de “izquierda democrática, ha faltado al saludo a Mechita. Algo que encuentra aval en las permanentes oscilaciones ideológicas del aprismo.


Por su lado están las candidaturas de Toledo, con la adhesión rechazada de Popy Olivera, la de Somos Perú, y en conversaciones con Acción Popular. En otra esquina está la candidata fujimorista de Keiko, que sabemos bien es la búsqueda del retorno de la impunidad y la amnistía al “chino”.


De esta manera el APRA se corre más a la derecha y el PPC, por presión de la misma Lourdes Flores, deja de lado del mudo Luis Castañeda para ir con el PPK. Castañeda sabe bien que su plaza electoral se asienta en Lima, más no en provincias a donde llega a las justas gracias a su negocio de los Hospitales de la Solidaridad.


Por el lado izquierdo pareciera que se abren dos espectros. Por un lado la candidatura de Ollanta Humala por el PNP, que plantea una unidad programática, pero por razones no claras parece no entenderse con la izquierda. Otras fuerzas como el MNI que plantean la unidad de todos, pasando por Fuerza Social, Tierra y Libertad y el nacionalismo. El MNI ya firmó una alianza con los Fonavistas y conversa también con Alberto Pizango. Por su lado, Fuerza Social cerró toda posibilidad de alianza con el PNP. Se ponen a los candidatos por encima del programa, por eso desde FS se barajan las candidaturas del ahora cuestionado Nano Guerra, del embajador Rodríguez Cuadros y del padre Marco Arana. Lo cierto es que no sonará muy bien a los votantes que buscan el cambio, el tener dos o más candidaturas progresistas.


Una cosa si está clara. No se trata de una disputa entre capitalistas y comunistas, ni entre liberales y socialistas. Son todas candidaturas que plantean seguir en el sistema, en las reglas de la democracia representativa y el capitalismo, con la diferencia que unas quieren seguir con las cosas como están y con el “chorreo” neoliberal, mientras otras se plantean unas reglas de juego para un capitalismo más “nacional” y más redistributivo. Dejemos claro eso, ante el burdo intento de los grupos de poder y sus medios de poner la cosa entre los pro-sistema y anti-sistema. Se trata del cambio o la continuidad del modelo.


¿Tendrán posibilidades las eventuales candidaturas cuestionadoras del orden imperante? Difícil predecirlo, pero si combinan una fuerza nacional, unitaria y una candidatura que recoja las ánimos descentralistas de las provincias, que promueva el empleo con derechos, con justa redistribución de riquezas, con derechos ambientales y a las consultas ciudadanas, tendrán mejores posibilidades que las desesperadas candidaturas de la derecha.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Mechita de mis ensueños


Terminada la fiesta criolla, el Apra lanza a su candidata neoliberal

Por Luis Gárate

03-11-10

Los coqueteos del Apra con la derecha no son ninguna novedad. Lo saben bien los viejos que vieron las traiciones de la dirigencia aprista a sus militantes más consecuentes que intentaron –hasta entregar la vida- llevar a cabo el programa del “partido del pueblo” en sucesos como la rebelión de Trujillo en 1932 y la del Callao en 1948.

La reciente proclamación de Mercedes Araóz como candidata presidencial de Apra es la última perla. No haremos toda una relación histórica de las jugarretas políticas del aprismo en la variopinta historia política peruana. Basta mencionar las más recientes, en las que juntaron a perro, pericote y gato -como solo ellos lo saben hacer- para poder asegurar el control de la mesa directiva y de las mayorías en el Congreso.

Sabemos bien que para asegurar la victoria de Alan, el Apra no tardó en tranzar con los grupos de poder, expresados entre otros en las dos vicepresidencias que le concedieron al fujimorismo más recalcitrante. Poner el marino Giampietri y a la señora Del Solar, que han demostrado ser figuras decorativas, era un mensaje claro a la derecha peruana para decirle que ellos si podían parar el “amenazante” avance electoral de Humala en el 2006.

Y fue mucho más allá. Olvidando todas sus promesas del “cambio responsable” y por supuesto el programa aprista, el gobierno de García inauguró en su nuevo espacio y tiempo su neoliberalismo extremo, ilustrado en la doctrina del “perro del hortelano”. Justamente por eso ahora García premia a la que ha sido una de sus mas fervorosas abanderadas, la ahora candidata presidencial aprista, Mechita Araóz.

De Mechita sabíamos que era una dedicada profesora de la Universidad del Pacífico, conocida consultora internacional, que ha pasado por instituciones multilaterales, entre otros aciertos académicos. La veíamos paseándose varias veces a la semana pontificando sobre las virtudes del libre mercado en el programita que Aldo Mariátegui en el cable y por varias entrevistas en la prensa en su calidad de “técnica”, como a ella le gusta autodenominarse.

Ya conocemos muy bien ese cuento de los “técnicos” –recordemos sino a PPK en la última campaña del “miedo de los mercados” contra Susana- que se pintan como neutrales, para así blanquear su clara opción ideológica. Es que para ellos ideológico es sinónimo de trasnochado, de fracasado, de caviarismo o zurdismo.

Por eso insisten tanto, como lo sigue haciendo Mechita, en presentarse como buenos “técnicos” y “asesores” al mismo estilo de Fujimori. No son políticos, sino “buenos” ejecutores. A estas alturas del partido, ya sabemos bien por donde van muchos de estos supuestos independientes. Son los mejores ejecutores de los planes de terceros, de los grandes lobbystas y de las jugadas de grandes poderes extranjeros. Son más papistas que el Papa, y harán todo lo que esté a su alcance cuando se trate de aplicar la ortodoxia teórica del Consenso de Washington o el FMI.

Mechita no se caracteriza precisamente por su ponderación, sino por sus exabruptos y por su cerrada defensa, no solo de sus posiciones pro mercado, sino también de haber provocado incidentes hasta internacionales. No dudó en pelearse con el gobierno de Rafael Correa y el de Evo Morales por sus medidas progresistas, así como tampoco de echar más leña al fuego en conflictos como en el Cusco cuando fue ministra de turismo, o su defensa radical del TLC que terminó en los trágicos sucesos de Bagua.

Pero Mechita Araóz claramente es una más del espectro derecho. El Apra y Mechita juegan a encabezar una derecha que está en búsqueda del candidato que siga el modelo, que no sabe bien si apostar por Castañeda, que parece desinflarse, por Keiko, que es el retorno de la mafia, o por Toledo, que es muy incierto. Mientras tanto Mechita asegura que ella continuará lo bueno pero ahora con "rostro social". Cómo será eso, porque dice que seguirá los “20 años de exitoso modelo económico” que justamente han generado tanta desigualdad. Pero Mechita no se preocupa, por eso agradece “la buena y didáctica” recepción que le está dando la prensa.

Fueron Jorgito del Castillo, implicado en las turbulencias de los petroaudios, y Omar Quezada, implicado en los tristes casos de Cofopri, los que lanzaron la “precandidatura” presidencial de Mechita por el partido de la estrella. Vaya acreditación. A estas alturas solo nos queda hacer un llamado –aunque con pocas esperanzas- a los apristas decentes que puedan quedar entre los escombros de su mellada y vapuleada doctrina, para que traten de recuperar la dignidad de sus propuestas progresistas originarias, y no se dejen pisotear por los desvaríos del presidente y el gobierno de los faenones, los negociados y las cachetadas.