viernes, 10 de julio de 2009

La interesada amistad de Alan con el PC Chino

Por Luis Gárate
09-07-09

Mientras el Perú atraviesa una situación de convulsión social y de crisis política provocada por la intransigencia del gobierno de Alan García, algunos medios reseñaban en segundo plano la visita de un importante dirigente del Partido Comunista de China a nuestro país, que por cierto fue llenada de elogios por la dirigencia aprista.
En una entrevista con Rosa María Palacios, el secretario general del PAP y también congresista Mauricio Mulder, después de reiterar su monserga de que detrás del paro habría una “conspiración comunista internacional” contra el gobierno, señalaba en relación a la visita de dirigentes comunistas chinos que él sí valoraba a los comunistas de China y Vietnam porque son “modernos” y “abiertos al mercado” a diferencia de los comunistas peruanos que “están anclados en el maoísmo de los años 40”

Efectivamente Liu Yunshan, miembro del Buró Político y del Secretariado Central y director del Departamento de Propaganda del Comité Central del PC Chino visitó el Perú como parte de una gira por varios países de América Latina, a la que fue invitado por partidos de la región, entre ellos el PAP.

Luego de sostener una reunión con el presidente Alan García el 6 de julio, Yunshan señaló que China valora mucho y profundizará las relaciones con Perú en el plano económico, científico, tecnológico, cultural y humano. Refirió que las relaciones económicas y comerciales entre China y Perú tienen “un muy buen ímpetu” y el volumen total comercial de 2008 sobrepasó los 7000 millones de dólares estadounidenses, monto que representa un crecimiento de más de 50% en relación con la cifra de 2007. China es el segundo país de destino de las exportaciones peruanas.

Los medios oficiales señalaron que el viceprimer ministro estuvo acompañado por el embajador de China en el Perú, Gao Zhengyue, y el viceministro del Departamento Internacional del Comité Central del Partido Comunista Chino, Chen Fengxiang, así como otros importantes dirigentes. Es decir, una visita de gran relevancia si hablamos de relaciones exteriores y en particular de relaciones entre partidos políticos.

El pasado 28 de abril Perú y China firmaron en Beijing un Tratado de Libre Comercio que, según la ministra peruana de Comercio Exterior, Mercedes Aráoz, favorecerá la estabilidad económica del país. No olvidemos que este tratado ha sido cuestionado pues afectaría a sectores productivos peruanos como el textil y a las Mypes. Por otro lado cabe anotar que las principales inversiones de empresas privadas y estatales chinas son en el campo extractivo, en la inversiones mineras (como las cuestionadas Shougang en Marcona y el Consorcio Zijin con Río Blanco Cooper, en Piura) y petroleras como Sapet

El PC chino también ha dado muestras de su amistad con el aprismo. A comienzos del año, la prensa reportaba que de acuerdo con el reporte financiero presentado ante la ONPE el Partido Comunista Chino fue el único aportante privado del Partido Aprista en el 2008. El PC Chino contribuyó con 19,6% de los ingresos en el 2008.

Asimismo en febrero de 2008 la agencia Andina reportaba un importante donativo consistente en diverso material audiovisual y educativo valorizado en cerca de 100 mil dólares del Partido Comunista Chino al PAP.

Nos queda claro, por un lado, que Alan García, converso al neoliberalismo extremo y en su afán de promover de las inversiones, se muestra diligente en promover buenos negocios con empresas chinas. Por eso ha llenado de elogios al gobierno y el modelo chino. Recibió con los máximos honores al presidente Hu Jintao cuando visitó el Perú con motivo de la APEC, señaló que el Perú quería ser socio estratégico de China, respaldó la postura china frente al Tíbet y Taiwán, y hasta no dudó en soltar algunas forzadas frases en mandarín.

Por otro lado la dirigencia comunista china tiene una clara política de promoción de sus inversiones, en particular aquellas destinadas a asegurar el abastecimiento de materias primas como minerales, petróleo y gas. Por eso es comprensible la necesidad de los dirigentes chinos de consolidar el camino trazado a convertir su país en una gran potencia.

No podemos objetar que un partido de la importancia y dimensiones del PC de China mantenga relaciones con organizaciones políticas de todo el mundo, sean o no comunistas. Sin embargo nos llama mucho la atención que los comunistas chinos expresen tanta fluidez y afectividad en sus relaciones con un partido de gobierno que, precisamente en estos momentos, se encuentra en una ofensiva represiva contra la protesta social a la que acusa de ser parte de una supuesta “conspiración comunista” y “chavista”.

Sin duda que el Partido Comunista de China sigue siendo un ejemplo y caso de estudio por su experiencia de conducir los destinos de más de 1300 millones de habitantes y de una de las economías de mayor crecimiento mundial. Pero los dirigentes chinos también deberían recordar los principios que rigen el internacionalismo proletario y de amistad comunista. Una cosa son los negocios de estado y otra las relaciones políticas, y deberían cuidarse de amigos tan peligrosos como nuestro macartista mandatario.

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