La predica de Hernando de Soto dirigida ahora a las comunidades nativas de la amazonía
Por Luis Gárate
11-06-10
11-06-10
El célebre apóstol del capitalismo Hernando De Soto ha regresado con fuerza para intentar convencernos que los sucesos de Bagua no solo fueron expresión de la histórica postergación de los nativos amazónicos, más bien de su exclusión de una “verdadera” institucionalidad capitalista
Como lo ha hecho en sus trabajos anteriores, De Soto plantea ahora bajo el título de “La amazonía no es Avatar” la idea de que a los peruanos pobres lo que les falta es brindarles las condiciones para que ingresen al mercado con sus “capitales dormidos”, y puedan integrase a plenitud como sujetos activos de la oferta y la demanda
Al autor del “Misterio del capital”, nos dice que son los estudiosos de las ONG y la academia los que pretenden pintar una imagen de un supuesto comunismo indígena y de que los nativos tienen una cultura no compatible con la globalización.
Según De Soto, él y sus investigadores del Instituto Libertad y Democracia se reunieron y abordaron a 200 comunidades nativas a lo largo de 8 meses, a partir de lo cual llegaron a la conclusión de que en realidad los nativos solo quieren ser parte del desarrollo económico, del comercio, de los servicios de salud y educación.
De Soto también señala que el problema radica esencialmente en la falta de claridad de la legislación sobre la propiedad comunal de los nativos, que les impide transferir la propiedad de manera eficiente. Para Don Hernando se trata de que el Estado les otorgue facilidades legales para la propiedad y delimitación de sus tierras para que los nativos empiecen a negociar en mejores términos con el gran capital y de esa manera, se integren plena y alegremente a la globalización capitalista.
Afirma el estudio del ILD, que los nativos quieren constituir empresas familiares e individuales y no comunales, que habrían demostrado su total ineficiencia. Incluso que el 50 por ciento de los consultados desearían que sus hijos no vivan en las comunidades sino que salgan a vivir fuera, en las “condiciones de todos los demás peruanos”.
Marx mismo señalaba que el capitalismo en una primera etapa tendría un efecto modernizador y de progreso, y en ese sentido está claro que el modelo capitalista peruano no ha podido incluir históricamente a las comunidades indígenas y nativas de la amazonía.
Cabe recordarle al señor De Soto que el capitalismo versión anglosajona y germinal de los pioneros, arrasó con los grupos indígenas norteamericanos en su expansión económica. Vemos ahora como los grupos indígenas son una suerte de atractivos turísticos y del recuerdo en Estados Unidos.
Asimismo hay que explicarle que no solo existe la propiedad individual y empresarial. Él rechaza las otras formas de propiedad, la social y comunal, que más bien buscan el beneficio colectivo y la distribución equitativa de utilidades. Para De Soto sólo es válida la apropiación individual de la riqueza, la única que según él traerá el desarrollo.
Para citar al profesor Rodrigo Montoya sobre la concepción amazónica del territorio: “El territorio es en primera y en última instancia una madre y todo lo que esa noción implica para su manejo. Si los indígenas son hijos de esa madre le deben el mayor de los respetos y se sirven de ella gracias al principio de reciprocidad para ofrecer a todas y cada una de las unidades domésticas los medios para vivir. No es posible excluir a unas para beneficiar a otras. En este punto se encuentra la diferencia específica con la organización capitalista del espacio y la sociedad que fomenta la acumulación de la riqueza individual, en beneficio de unos y sacrificando a los otros. Para HdS, como para todos los capitalistas, el territorio es una extensión de tierra cuyo valor depende de un título de propiedad y punto.” (Perú: Evangelio capitalista en la amazonía, según Hernando de Soto)
Asimismo, Don Hernando olvida que la lucha de los nativos surgió no solo ante la prepotencia del gobierno aprista que quiso imponer los decretos del TLC con EEUU sin consultar a las comunidades, sino también porque los nativos conocen perfectamente el papel que las grandes empresas petroleras y extractivas, que han devastado grandes extensiones del territorio amazónico. Precisamente igual de arrasadores que esos tractores futuristas que destruyen las comunidades en Pandora, como muestra James Cameron en la película Avatar.
De Soto se pretende un estudioso objetivo, y señala que habría que consultarles a los mismos nativos a través de mecanismos como la consulta ciudadana para saber qué modelo de desarrollo les conviene. Reclama también que no haya manipulación. Que no la haya, y de ningún lado. De lo que no hay duda es que la sabiduría de los Apus, los chamanes y las comunidades demostrarán que las pretensiones de estos apóstoles del gran capital se darán de cara con la realidad.
Como lo ha hecho en sus trabajos anteriores, De Soto plantea ahora bajo el título de “La amazonía no es Avatar” la idea de que a los peruanos pobres lo que les falta es brindarles las condiciones para que ingresen al mercado con sus “capitales dormidos”, y puedan integrase a plenitud como sujetos activos de la oferta y la demanda
Al autor del “Misterio del capital”, nos dice que son los estudiosos de las ONG y la academia los que pretenden pintar una imagen de un supuesto comunismo indígena y de que los nativos tienen una cultura no compatible con la globalización.
Según De Soto, él y sus investigadores del Instituto Libertad y Democracia se reunieron y abordaron a 200 comunidades nativas a lo largo de 8 meses, a partir de lo cual llegaron a la conclusión de que en realidad los nativos solo quieren ser parte del desarrollo económico, del comercio, de los servicios de salud y educación.
De Soto también señala que el problema radica esencialmente en la falta de claridad de la legislación sobre la propiedad comunal de los nativos, que les impide transferir la propiedad de manera eficiente. Para Don Hernando se trata de que el Estado les otorgue facilidades legales para la propiedad y delimitación de sus tierras para que los nativos empiecen a negociar en mejores términos con el gran capital y de esa manera, se integren plena y alegremente a la globalización capitalista.
Afirma el estudio del ILD, que los nativos quieren constituir empresas familiares e individuales y no comunales, que habrían demostrado su total ineficiencia. Incluso que el 50 por ciento de los consultados desearían que sus hijos no vivan en las comunidades sino que salgan a vivir fuera, en las “condiciones de todos los demás peruanos”.
Marx mismo señalaba que el capitalismo en una primera etapa tendría un efecto modernizador y de progreso, y en ese sentido está claro que el modelo capitalista peruano no ha podido incluir históricamente a las comunidades indígenas y nativas de la amazonía.
Cabe recordarle al señor De Soto que el capitalismo versión anglosajona y germinal de los pioneros, arrasó con los grupos indígenas norteamericanos en su expansión económica. Vemos ahora como los grupos indígenas son una suerte de atractivos turísticos y del recuerdo en Estados Unidos.
Asimismo hay que explicarle que no solo existe la propiedad individual y empresarial. Él rechaza las otras formas de propiedad, la social y comunal, que más bien buscan el beneficio colectivo y la distribución equitativa de utilidades. Para De Soto sólo es válida la apropiación individual de la riqueza, la única que según él traerá el desarrollo.
Para citar al profesor Rodrigo Montoya sobre la concepción amazónica del territorio: “El territorio es en primera y en última instancia una madre y todo lo que esa noción implica para su manejo. Si los indígenas son hijos de esa madre le deben el mayor de los respetos y se sirven de ella gracias al principio de reciprocidad para ofrecer a todas y cada una de las unidades domésticas los medios para vivir. No es posible excluir a unas para beneficiar a otras. En este punto se encuentra la diferencia específica con la organización capitalista del espacio y la sociedad que fomenta la acumulación de la riqueza individual, en beneficio de unos y sacrificando a los otros. Para HdS, como para todos los capitalistas, el territorio es una extensión de tierra cuyo valor depende de un título de propiedad y punto.” (Perú: Evangelio capitalista en la amazonía, según Hernando de Soto)
Asimismo, Don Hernando olvida que la lucha de los nativos surgió no solo ante la prepotencia del gobierno aprista que quiso imponer los decretos del TLC con EEUU sin consultar a las comunidades, sino también porque los nativos conocen perfectamente el papel que las grandes empresas petroleras y extractivas, que han devastado grandes extensiones del territorio amazónico. Precisamente igual de arrasadores que esos tractores futuristas que destruyen las comunidades en Pandora, como muestra James Cameron en la película Avatar.
De Soto se pretende un estudioso objetivo, y señala que habría que consultarles a los mismos nativos a través de mecanismos como la consulta ciudadana para saber qué modelo de desarrollo les conviene. Reclama también que no haya manipulación. Que no la haya, y de ningún lado. De lo que no hay duda es que la sabiduría de los Apus, los chamanes y las comunidades demostrarán que las pretensiones de estos apóstoles del gran capital se darán de cara con la realidad.